París – La Asamblea Nacional francesa celebra este viernes una jornada decisiva en la que los diputados debaten la imposición de la llamada tasa Zucman y la posible suspensión de la polémica reforma de pensiones.
Desde las 9 de la mañana, el hemiciclo se enfrenta a un calendario apretado: por un lado, la fiscalidad sobre grandes patrimonios vuelve al centro del debate luego de que el Partido Socialista lanzara un ultimátum reclamando mayor justicia fiscal. Por otro, la Comisión de Asuntos Sociales analiza el proyecto del presupuesto de la Seguridad Social, con la suspensión de la subida de la edad legal de jubilación como foco.
El primer ministro Sébastien Lecornu tiene previsto intervenir en las sesiones para defender la postura oficial, en medio del riesgo real de una moción de censura iniciada por el PS si el gobierno rehúsa imponer nuevos impuestos a las grandes fortunas.
La tasa Zucman propone gravar con al menos un 2% los patrimonios superiores a 100 millones de euros, idea avalada por la izquierda radical y el PS, que incluso plantea un aumento progresivo hasta el 3% desde 10 millones, con exclusiones para empresas innovadoras o familiares, estimando una recaudación de 15.000 millones de euros. Pero esta medida divide a la izquierda y choca frontalmente con el centro y la derecha.
Marine Le Pen, líder del Rassemblement National, rechazó la tasa en todos sus formatos: “Zucman, no, ni light ni hard ni nada”. Por su parte, Sylvain Maillard, portavoz de la coalición presidencial Renaissance, se mantiene igualmente firme contra cualquier versión.
“No podemos permitir impuestos improvisados que provoquen quiebras reales”, advirtió Lecornu.
En paralelo, la comisión discute la suspensión efectiva, o simple aplazamiento, de la reforma impulsada por el gobierno para elevar la edad mínima de jubilación a los 64 años, una condición que el PS puso para evitar votar en contra del presupuesto y forzar una crisis política.
Mientras LR y Horizons apuestan por eliminar ese artículo, algunos diputados macronistas podrían sumarse, junto con la mayoría del PS y RN, aunque los Insumisos y ecologistas dudan o rechazan la medida por considerarla insuficiente.
En caso de fracaso para la tasa Zucman, fuentes socialistas apuntan a un posible último intento de “tercera vía” de enmiendas gubernamentales que puedan conciliar a varias fuerzas. Boris Vallaud (PS) dijo: “Si hay una alternativa que recaude lo mismo, estamos dispuestos a considerarla. Queda al gobierno proponerla.”
El debate marca un punto crítico para la estabilidad del gobierno de Emmanuel Macron, que busca evitar tanto una crisis política como un golpe en su presupuesto social y fiscal, con los ojos puestos en la calle y en la opinión pública.
 
						
									


































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				