Emmanuel Macron anunció en París una ayuda internacional superior a 1,5 mil millones de euros para las poblaciones vulnerables de la República Democrática del Congo (RDC) y países vecinos afectados por la crisis en la región de los Grandes Lagos.
El anuncio se realizó al cierre de una conferencia internacional coorganizada por Francia y Togo, mediador designado por la Unión Africana, con la presencia de más de 60 países y organizaciones. El dinero financiará principalmente medicamentos, alimentos y ayuda humanitaria urgente.
Macron señaló que hasta ahora, el plan de respuesta humanitaria de la ONU, valorado en 2,5 mil millones de euros, solo está financiado al 16%. Además, prometió la reapertura del aeropuerto de Goma en las próximas semanas para vuelos humanitarios y la creación de corredores seguros para el transporte de ayuda.
Sin embargo, el anuncio fue recibido con escepticismo por parte de Kigali. El ministro de Exteriores ruandés, Olivier Nduhungirehe, declaró que “París no puede reabrir un aeropuerto” cuando el grupo armado M23, que controla la zona, no fue invitado a la conferencia.
Macron fue claro sobre la urgencia: “No podemos ser espectadores silenciosos de la tragedia en el este de la RDC”. Recordó cifras devastadoras: casi 28 millones en inseguridad alimentaria, una mujer violada cada cuatro minutos y un niño cada 30 minutos.
El presidente togolés Faure Gnassingbé pidió que África asuma un papel activo en la ayuda, destacando que no es solo un deber moral sino una cuestión de dignidad y eficacia. Además, denunció que “los convoyes humanitarios son a menudo controlados, gravados con impuestos ilegales y los recursos desviados”, agravando la crisis.
Gnassingbé apuntó también a la minería informal y el contrabando como factores que financian a grupos armados y empobrecen a la población local, reclamando mayor trazabilidad y control.
Estados Unidos y Catar participaron en la conferencia como mediadores. El enviado especial estadounidense para África y el negociador catarí viajaron a París para fortalecer la coordinación diplomática. El ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, anunció una reunión al día siguiente para evaluar los próximos pasos con los actores de la región.
ONG destacaron la importancia del anuncio, pero pidieron que el dinero se traduzca en acciones concretas. Luc Lamprière, director del Foro de ONG internacionales en RDC, exigió la eliminación de las barreras administrativas que bloquean la ayuda.
Kevin Goldberg, de Solidarités International, reconoció la magnitud de los fondos, pero cuestionó si serán compromisos para varios años o solo para 2025, como se indicó originalmente.
Esta conferencia también sirvió para apoyar las actuales negociaciones de paz: la mediación de la Unión Africana a través de Togo, la estadounidense entre RDC y Ruanda, y la catarí con el M23.
La crisis humanitaria en los Grandes Lagos sigue en niveles críticos, con millones desplazados y zonas consideradas inaccesibles. La respuesta internacional, con Francia al frente, busca evitar una catástrofe aún mayor mientras los conflictos y las inestabilidades persisten.
 
						
									


































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				