Al menos 19 personas murieron en Jamaica por el paso del huracán Melissa, mientras la ayuda sigue bloqueada en zonas aisladas, confirmó el ministro de Información, Dana Morris Dixon. El poderoso huracán categoría 5 tocó tierra en la isla el martes con vientos sostenidos de hasta 290 kilómetros por hora, dejando un panorama devastador en regiones del oeste, según las autoridades.
“Hay comunidades enteras que parecen aisladas, zonas arrasadas”, dijo Dixon sobre el impacto que ha dejado miles sin luz ni agua potable. Miles de personas continúan refugiadas en escuelas, iglesias y centros comunitarios habilitados.
La capital, Kingston, recuperó parcialmente la operatividad del aeropuerto principal, lo que aceleró la llegada de ayuda, pero los aeropuertos regionales más pequeños, cercanos a las zonas más afectadas, funcionan solo de manera limitada. Esto dificulta la distribución rápida de alimentos y agua, que escasean.
Las condiciones de las carreteras complican aún más el ingreso de convoyes terrestres. Los vehículos del ejército y las agencias humanitarias enfrentan obstáculos como árboles y postes caídos en las rutas, lo que ralentiza el auxilio a las áreas más golpeadas.
El primer ministro Andrew Holness calificó la situación como “catastrófica” y advirtió que “no hay infraestructura que pueda resistir un huracán de esta categoría”. Pidió paciencia a la población mientras se recuperan las comunicaciones y se atiende a los damnificados.
Melissa es uno de los huracanes más violentos que ha azotado el Caribe en años y también causó al menos 30 muertes en Haití, informaron fuentes oficiales a la BBC. En Jamaica, las lluvias torrenciales y las inundaciones dejan calles y hogares cubiertos de lodo y agua, dificultando las búsquedas de personas desaparecidas.
Las tareas de rescate continúan intensas. Equipos locales y militares trabajan contrarreloj para acceder a las zonas donde aún no llega ayuda. Mientras tanto, miles enfrentan una situación desesperante por la falta de recursos básicos.
