Leyton Barrios, recién nombrado rector de la Universidad del Atlántico, se reunió este viernes con los decanos de las distintas facultades para iniciar un proceso de diálogo y reconstrucción institucional tras un periodo de tensiones y protestas estudiantiles.
En el encuentro, que Barrios definió como el punto de partida para superar desacuerdos, enfatizó la importancia del liderazgo académico y el compromiso con la comunidad universitaria. “La sola presencia de ustedes indica el reconocimiento a la institucionalidad. Acompáñenme a dejar un gran legado”, dijo el rector.
Los decanos compartieron sus perspectivas sobre la situación actual de las facultades y coincidieron en la necesidad de abrir espacios de concertación. Como primer acuerdo, se pactó la creación de mesas de trabajo por facultad que incluirán voceros estudiantiles, con el objetivo de fortalecer un diálogo abierto y constructivo entre estudiantes, docentes y directivos.
Según el comunicado oficial, los presentes resaltaron la disposición de estudiantes y profesores para mantener las actividades académicas mientras continúan las asambleas permanentes y se llega a acuerdos.
Barrios también planteó la visión de proyectar la universidad más allá del campus y posicionar a Barranquilla y el Atlántico como territorios que apuestan a la educación y al conocimiento. “Este primer encuentro marca el inicio de una ruta de concertación y liderazgo académico, para consolidar una universidad unida, sólida y activa frente a los desafíos”, afirmó.
El nombramiento de Barrios ocurrió en medio de protestas y bloqueos por parte del estudiantado, que generaron reacciones en varias instancias, incluido un llamado del Procurador para respetar la protesta pacífica y una investigación anunciada por el Ministerio de Educación.
En paralelo a la reunión, las autoridades locales capturaron en Barranquilla a Emilio Tapia, requerido para cumplir condena por el caso Centros Poblados, evidenciando el contexto de alta atención institucional en la ciudad.
El futuro inmediato en Uniatlántico dependerá del avance de estos espacios de diálogo y la capacidad de la nueva administración para pacificar y activar la vida académica en la universidad pública más importante de la región.


































