El espino amarillo, una baya ácida y naranja que ha sido usada por siglos en Europa y Asia, vuelve a ganar atención en la salud natural por sus múltiples beneficios comprobados.
Esta pequeña fruta concentra vitaminas A, C, E y K, junto con ácidos grasos esenciales como omega-3, 6, 7 y 9, más antioxidantes que protegen las células del cuerpo contra el daño oxidativo. Un estudio científico de 2021 destaca sus efectos para mantener la piel firme, mejorar la elasticidad y reforzar la salud cardiovascular.
El aceite extraído de sus semillas se usa ya en productos de cosmética natural y suplementos para la piel. Sus omega-6 y omega-7 combaten el acné, la psoriasis y la resequedad, además de promover hidratación y brillo.
Más allá de la estética, la baya tiene un fuerte potencial anticancerígeno; investigaciones en laboratorio y con animales indican que podría actuar contra tumores de mama, hígado y cuello uterino y fortalecer el sistema inmunológico.
Sus antioxidantes también ayudan a estabilizar el azúcar en sangre, lo que la hace una alternativa natural para prevenir la diabetes tipo 2. Además, ayuda a mitigar efectos secundarios de tratamientos como la quimioterapia, mejorando la función renal y hepática, y aumentando el apetito de los pacientes.
La baya puede consumirse cruda, aunque su sabor es ácido, o en jugos, jarabes, mermeladas y aderezos. Sin embargo, advierten expertos, ingestas excesivas pueden causar malestar estomacal o alterar temporalmente el color de la orina, por su alta acidez.
En dosis moderadas, el espino amarillo se posiciona como una de las opciones naturales más completas para quienes buscan reforzar su salud integral, combinando beneficios para piel, corazón y sistema inmunitario, así como protección contra varias enfermedades crónicas.

































