La blazer, prenda clásica en cualquier armario, recibe esta temporada una actualización que promete convertirse en un must. Las chaquetas estructuradas con cintura definida, conocidas como modelos reloj de arena, están cambiando el concepto tradicional de la americana para crear siluetas más femeninas y estilizadas.
Este tipo de blazer no solo marca la cintura, sino que su tejido grueso y patrón bien armado les permite mantener la forma incluso sin cerrarlas. Son una evolución intermedia entre blazer y chaqueta sastre, ganando carácter y versatilidad para el día a día o eventos formales.
Entre los modelos destacados está un blazer con cuello abierto, cierre de botones ocultos y bolsillos ribeteados, forrado y con un 43% de lana certificada RWS, a un precio de 179 euros. También hay opciones en mezcla de lino y viscosa que, por 49,99 euros, ofrecen cuello redondo, hombreras finas y botones hasta la cintura.
Para quienes prefieran apuesta por el color, el blazer en un intenso burdeos confeccionado en tejido canalé Milano presenta una silueta cruzada con costuras definidas que realzan la figura. Combinarlo con el pantalón a juego lo convierte en un conjunto de impacto, disponible por 149 euros.
La versión más estructurada para exteriores incluye hombreras extragrandes, cierre de un solo botón y detalles como pespuntes y bolsillos prácticos, también a 179 euros. Otro clásico renovado es la Chaqueta Gales, con su icónico estampado de cuadros marrones, solapas XL y cintura ajustada, por 149 euros.
Finalmente, una opción con cuello italiano y hombreras marcadas suma funcionalidad con bolsillos prácticos y un precio accesible de 79,99 euros. Este detalle define la figura sin sacrificar la comodidad durante el uso cotidiano.
En definitiva, estas chaquetas reloj de arena amplían el abanico de estilos para quienes buscan tanto elegancia como practicidad sin renunciar a la tendencia. Son la solución rápida para transformar cualquier look básico en uno lleno de carácter y feminidad, confirmando que la blazer nunca pasa de moda, pero sí puede reinventarse.
