Umaro Sissoco Embaló, presidente de Guinea-Bisáu, se prepara para buscar un segundo mandato en las elecciones presidenciales del 23 de noviembre, a pesar del contexto político extremadamente tenso tras el anuncio el 31 de octubre de un nuevo intento de golpe de Estado.
En entrevista realizada en París, Embaló aseguró no ser un dictador sino “un pacificador”, resaltando los avances obtenidos durante su primer mandato y la estabilidad que desea mantener. A sus 53 años, pretende romper una tradición de gobiernos efímeros en un país donde desde hace 25 años ningún presidente ha logrado completar dos mandatos consecutivos.
El intento de golpe anunciado a finales de octubre generó alarma internacional y abre dudas sobre la credibilidad y seguridad del proceso electoral, en un país con 2,5 millones de habitantes, y un historial convulso de inestabilidad política. Sin embargo, Embaló parece confiado en que su principal rival no aceptará el resultado de las urnas.
Frente a estos desafíos, el presidente bissau-guineano apuesta por presentar su gestión como garante de paz y progreso, a la vez que enfatiza la necesidad de estabilidad para continuar el desarrollo del país. Fue en la capital francesa donde ofreció la entrevista, a pocos días de la votación.
El ambiente electoral sigue siendo frágil y el futuro político de Guinea-Bisáu pende de un hilo en la antesala de una elección que podría marcar un punto de inflexión o profundizar la crisis.

































