Un bebé de nueve meses murió este domingo por la tarde tras ser atacado por un perro dentro de su casa en Rogiet, Monmouthshire, en el sureste de Gales.
La policía de Gwent fue alertada poco antes de las 18:00 horas al domicilio ubicado en Crossway. Los paramédicos del Welsh Ambulance Service llegaron rápidamente, pero no pudieron salvar al lactante, que fue declarado muerto en el lugar.
La Fuerza Policial confirmó que el perro fue confiscado por las autoridades y trasladado a un lugar seguro para determinar su raza y comportamiento. De momento no han precisado si el animal pertenecía a la familia o estaba de visita, ni las circunstancias exactas del ataque.
“Un bebé de nueve meses fue declarado muerto en el lugar. El perro ha sido retirado y las investigaciones continúan”, dijo Gwent Police en un comunicado breve.
La casa permanece acordonada y los equipos forenses trabajan en la escena. La policía pidió a la comunidad evitar especulaciones mientras avanza la investigación y expresó que la familia está recibiendo apoyo especializado.
En Reino Unido, el Dangerous Dogs Act 1991 prohíbe varias razas consideradas peligrosas, entre ellas el Pit Bull Terrier, el Dogo Argentino y el XL Bully (incluido desde 2023). La incautación del perro podría derivar en sanciones legales si se confirma que pertenece a una raza restringida o que hay incumplimiento de la ley.
Expertos en comportamiento animal recuerdan que cualquier perro puede ser peligroso si carece de supervisión, especialmente con niños menores de un año, quienes no pueden defenderse y resultan particularmente vulnerables. La mayoría de estos incidentes ocurren en interiores, cuando la atención puede relajarse y las mascotas se estresan con ruidos o movimientos inesperados.
Los vecinos de Rogiet dijeron estar conmocionados y manifestaron su incredulidad ante la tragedia. Las autoridades locales y nacionales observan el caso de cerca mientras el análisis del animal sigue en proceso.
Este suceso reabre el debate sobre la convivencia segura entre perros y bebés en el hogar, en un contexto donde las leyes británicas endurecen el control de razas peligrosas y la responsabilidad de los dueños.
La policía instó al público a no difundir información no confirmada para no entorpecer la investigación y proteger a la familia afectada.


































