El juicio por el asesinato del abogado Antoine Sollacaro en 2012 arrancó esta semana en Aix-en-Provence sin la presencia de su presunto instigador, Jacques Santoni. La corte de assises de Bouches-du-Rhône decidió separar su caso debido a su delicado estado de salud. Tetrapléjico tras un accidente de moto en 2003, Santoni no pudo comparecer y su renuncia se anunció tras una evaluación médica que confirmó su incapacidad de asistir al proceso.
Santoni, supuesto “cerebro” del crimen según la Fiscalía, enfrenta cargos por ordenar el asesinato de Sollacaro, un hecho que conmocionó al mundo judicial francés. A pesar de haber sido condenado a 13 años por blanqueo de dinero, Santoni no está encarcelado. Su ausencia fue motivo de debate intenso en la audiencia inicial, donde la Fiscalía se opuso a la disyunción alegando que con ajustes podría presentarse, incluso en cama, pero el tribunal priorizó la expertise médica.
En el banquillo sigue André Bacchiolelli, acusado de ser el autor material del disparo fatal, quien pidió posponer el juicio para esperar a Santoni. La corte rechazó esta petición, manteniendo firme el proceso para seguir juzgando a Bacchiolelli y a Mickaël Ettori, otro acusado y supuesto lugarteniente de Santoni que está fugado desde 2020 y será juzgado en ausencia.
El asesinato de Sollacaro, defensor conocido por su trabajo con figuras nacionalistas corsas como Yvan Colonna y Alain Orsoni, fue un atentado con cinco disparos perpetrado mientras compraba su periódico en Ajaccio. Fue calificado por la entonces ministra de Justicia, Christiane Taubira, como una “onda de choque” para todo el sistema judicial.
El caso se basa principalmente en el testimonio de un arrepentido, Patrick Giovannoni, antiguo gestor de armas del grupo criminal del Petit Bar. Giovannoni, que obtuvo el estatus de arrepentido en 2015, asegura que Santoni admitió la responsabilidad tras el crimen, afirmando “c’est nous qui avons tapé”. Este testimonio es clave dado que ni el arma ni ADN han vinculado a los acusados directamente.
La viuda de Sollacaro y sus hijos están presentes en la sala. Su abogado, su hijo Paul Sollacaro, ha desafiado públicamente a Santoni a presentarse y reiterar su inocencia. La tensión es palpable y las partes civiles calificaron la ausencia de Santoni como un intento de evitar la justicia. El proceso se extenderá hasta diciembre, dejando en suspenso la decisión sobre el cerebro de un crimen que marcó a la justicia corsa y nacional.
						
									
































