La crisis económica de Argentina se agrava a medida que el peso se desploma un 75 % frente al dólar desde la llegada de Javier Milei al poder. El presidente libertario no ha podido frenar la caída ni estabilizar la economía.
Con las elecciones legislativas a un mes, el gobierno argentino ha recurrido de forma inédita a Estados Unidos y directamente a Donald Trump para buscar apoyo y salvar su balance económico. El pedido de auxilio refleja la gravedad de la situación y la falta de opciones internas para estabilizar la moneda y contener la inflación rampante.
La política de libre mercado y recortes agresivos implementada por Milei generó rechazo en sectores clave y no consiguió frenar la fuga de capitales ni el colapso del peso. El desplome de la moneda impacta en precios, pobreza y confianza de los inversores.
Hasta ahora, no se han detallado las condiciones del apoyo solicitado a Estados Unidos ni el papel que jugaría Trump, quien conserve fuerte influencia sobre el ala conservadora argentina. Sin embargo, esta dependencia externa enfatiza la fragilidad política que enfrenta Milei justo antes de los comicios.
Los analistas advierten que un rescate sin reformas profundas solo alargará la crisis y que el peso argentino está bajo presión constante en mercados internacionales.
Esta semana el gobierno debe decidir si acepta las condiciones externas o intenta maniobras internas para evitar mayores daños. Mientras tanto, los argentinos viven con incertidumbre la incertidumbre económica y política que podría definir la estabilidad del país para el futuro inmediato.
