El Gobierno británico anunció que prohibirá la pornografía online que muestre a mujeres siendo estranguladas o asfixiadas, después de confirmar que este tipo de imágenes son habituales en sitios web y contribuyen a normalizar un abuso peligroso y sexista.
Hasta ahora, el estrangulamiento no fatal ya es un delito en el Reino Unido, pero la exhibición de este contenido en internet no estaba penada. La ley cambiará con las enmiendas al Crime and Policing Bill, que regresará a la Cámara de los Lores esta semana para su debate final.
La Baroness Bertin, conservadora y autora de una revisión independiente presentada en febrero, advirtió sobre la falta de supervisión estatal sobre la industria pornográfica. Su informe incluyó testimonios de profesores que reportan que alumnos preguntan cómo practicar el estrangulamiento durante el sexo, una práctica que puede tener consecuencias letales.
La ministra de Víctimas, Alex Davies-Jones, dijo que el Gobierno “no permitirá que las mujeres sean violentadas y revictimizadas por una pornografía que normaliza el daño”. La secretaria de Tecnología, Liz Kendall, calificó el material como “vile y peligroso” y alertó sobre la responsabilidad de las empresas tecnológicas para bloquear su difusión.
La propuesta también extiende de seis meses a tres años el plazo para que víctimas de abusos con imágenes íntimas –incluido el llamado “porno de venganza”– puedan denunciar los hechos, ampliando el margen para procesar a los infractores.
Además, las plataformas digitales tendrán la obligación legal de prevenir la propagación de contenido que incluya estrangulamientos y asfixias en la pornografía, usando herramientas de moderación, políticas estrictas o sistemas automáticos para detectar y bloquear estos materiales antes de que sean reportados.
El Instituto para Atender el Estrangulamiento, cuya directora ejecutiva es Bernie Ryan, apoyó la medida. Ryan recordó que el estrangulamiento es “una forma grave de violencia usada para controlar y silenciar” y alertó que en la pornografía este acto puede confundir a jóvenes sobre lo que es normal en una relación.
La clasificación británica, British Board of Film Classification (BBFC), también abrió la puerta a un papel auditor formal en la pornografía online, buscando equiparar las normas de contenido entre lo digital y lo offline. Su director, David Austin, advirtió que la pornografía violenta y no consensuada sigue siendo accesible con facilidad para los usuarios en el Reino Unido.
						
									































