El tifón Tino azota Filipinas dejando a 14 familias refugiadas dentro de un drenaje en Dinagat Islands para evitar las fuertes lluvias y vientos. Entre ellos hay un bebé de solo tres meses. El fenómeno, conocido internacionalmente como Kalmaegi, es el vigésimo ciclón tropical registrado este año en el archipiélago.
Con vientos de hasta 130 km/h, Tino tocó tierra en Eastern Samar y Dinagat Islands, causando inundaciones y deslizamientos a lo largo de las regiones de Visayas y Mindanao. La agencia meteorológica filipina PAGASA emitió señales de alerta máxima, con avisos de tormentas y riesgos de derrumbes.
Ante la ausencia de refugios seguros, los lugareños buscan protección en lugares poco convencionales. En Barangay Gomez, Dinagat Islands, las familias encabezadas por Rudelyn Dayon se metieron en un canal de drenaje para sobrevivir la tormenta. Dayon agradeció la ayuda recibida y confirmó que estaban todos a salvo, pese al temor de nuevos desbordamientos.
En Samar, un grupo de unas 50 personas recurrió a una cueva en Barangay Tinabanan para protegerse de los fuertes vientos. Una práctica común en esta zona costera que sigue siendo su último recurso ante la falta de infraestructura adecuada.
En Marabut, la policía local y la oficina de gestión de desastres están en alerta máxima y coordinan operaciones de rescate y evacuación. Hasta ahora no reportan incidentes mayores, pero la amenaza permanece.
Mientras el tifón deja efectos devastadores, la provincia de Cebu también enfrenta graves inundaciones en ciudades como Cebu, Talisay, y Mandaue, así como en Consolacion y Liloan, causadas por ríos que se desbordaron. Imágenes muestran calles anegadas y pedidos de rescate desde bajo el agua.
La catástrofe expone la fragilidad de las comunidades costeras filipinas frente a eventos climáticos extremos y pone en evidencia la urgente necesidad de infraestructura resistente y planes de evacuación más seguros. Las autoridades aconsejan máxima precaución ante posibles nuevas lluvias y deslizamientos.
