Una cardióloga rumana de unos cincuenta años fue encontrada muerta y calcinada en su domicilio de Molsheim, una localidad situada a 30 kilómetros al oeste de Estrasburgo, Alsacia. La víctima ejercía en la ciudad desde hace varios años.
El caso tomó un giro dramático cuando la gendarmería del Bas-Rhin lanzó una búsqueda activa de su hijo de 22 años, un joven descrito con cabello largo, oscuro y rizado, quien no ha sido localizado hasta este martes por la mañana. Las autoridades lo buscan para que pueda ser interrogado en el marco de la investigación.
La alerta fue dada el jueves por una secretaria médica preocupada tras la ausencia de la doctora, pese a que la sala de espera en la consulta estaba llena. Al acudir a su domicilio, los servicios de emergencia encontraron el cadáver calcinado.
Una fuente cercana a la investigación calificó el hecho como “criminal”. Debido a la gravedad y naturaleza del caso, el parquet de Saverne ha delegado la investigación al de Estrasburgo.
La gendarmería difundió el domingo un llamamiento a testigos para localizar al hijo, cuya descripción es clave en la pesquisa que ahora se centra en esclarecer las circunstancias de la muerte.
Hasta el momento, no se han revelado más detalles sobre posibles motivos o pistas adicionales. El caso sigue en desarrollo con equipos especializados en la escena y recogiendo testimonios.


































