Bintou Keïta, la responsable de la misión de paz de la ONU en la República Democrática del Congo (MONUSCO), se prepara para abandonar su puesto antes de tiempo, según fuentes consultadas en Nueva York. Aunque su mandato vence oficialmente en febrero de 2026, la diplomática guineana dejará sus funciones a finales de este año.
Keïta fue nombrada en enero de 2021 para suceder a Leïla Zerrougui al frente de la misión que cubre el este congoleño, una zona que sigue siendo escenario de violencia e inestabilidad. En Goma se ha visto su trabajo durante meses mientras la ONU evalúa el futuro de sus operaciones en una región cada vez más compleja.
El proceso para encontrar a un sucesor ya está en marcha en New York, donde diplomáticos discuten varios perfiles. La salida adelantada de Keïta genera preguntas sobre la estrategia de la ONU y el papel de la MONUSCO en el contexto actual, marcado por dudas sobre la continuidad y eficacia de las misiones de mantenimiento de la paz.
Las fuentes indican que la decisión de Keïta responde a factores internos y externos, incluyendo la presión que implica gestionar una crisis prolongada. Su partida tendrá impacto en la dinámica política y de seguridad en la región de los Grandes Lagos, donde la ONU mantiene una presencia crítica.
Los detalles sobre quién la sucederá aún no se han divulgado, pero la discusión en la sede de la ONU refleja la importancia estratégica y los desafíos que representa dirigir una misión con miles de cascos azules en terreno difícil.
Esta semana, la comunidad internacional vigila de cerca esta transición que podría marcar un nuevo capítulo para la MONUSCO y su misión en el Congo.


































