Marks & Spencer confirmó un desplome del 55,4% en su beneficio ajustado antes de impuestos en la primera mitad del año tras un ciberataque que comenzó en abril y afectó gravemente sus servicios online.
El ataque paralizó pedidos de ropa en línea durante siete semanas y el servicio de click-and-collect casi un mes, obligando a la cadena británica a suspender temporalmente operaciones clave que impactaron su cuenta de resultados.
M&S registró 102 millones de libras en costes relacionados con el golpe cibernético, casi compensados por 100 millones que recibió en indemnizaciones de seguro. A pesar de este duro golpe, la empresa anunció que espera que la ganancia de la segunda mitad del ejercicio iguale, al menos, la del año pasado.
Stuart Machin, CEO de M&S, aseguró a Reuters que la recuperación en este segundo semestre “debería sentar una base sólida para arrancar un nuevo año financiero en abril y preparar el camino para un crecimiento futuro”.
Antes del ataque, la compañía tenía proyectados unos beneficios récord en más de 15 años, pero ahora los analistas rebajan sus previsiones de £876 millones para 2024/25 a £638 millones para 2025/26.
El ciberataque, que afectó tanto a las compras de ropa como al suministro de productos alimenticios en tiendas, también generó costes adicionales en desperdicio y logística. El servicio de entrega online se recuperó desde junio y el click-and-collect se restableció en agosto.
En mayo, M&S estimó que el impacto total en el beneficio operativo podría alcanzar las 300 millones de libras, pero gracias a las medidas de control y recuperaciones de seguro busca reducir el daño.
A pesar de la crisis, Machin mostró confianza en la campaña de Navidad y alertó sobre retos para todo el sector retail en Reino Unido, como nuevos impuestos sobre embalajes y el aumento de costes laborales por el alza en la seguridad social.
“Nuestros clientes están cada vez más preocupados por el aumento de costes y mayores impuestos”, dijo Machin.
Tras el anuncio, las acciones de M&S subieron un 1%, recuperando gran parte del valor perdido desde el ciberataque que inicialmente eliminó más de 1.000 millones de libras del valor en bolsa.
La compañía ha priorizado la seguridad sobre la rapidez en la reactivación de sistemas, trabajando con expertos externos para reforzar su infraestructura.


































