Cécile Kohler y Jacques Paris fueron liberados este martes tras más de tres años detenidos en Teherán. Ambos se encuentran ahora en la embajada francesa en Irán, a la espera de que se concrete un acuerdo diplomático con Francia que podría incluir el intercambio con Mahdieh Esfandiari, una ciudadana iraní retenida y procesada en Francia.
La liberación de Kohler y Paris llega justo unos días después de que Esfandiari obtuviera la libertad bajo control judicial en Francia, aunque está asignada a residencia en la embajada iraní en París y no puede salir del país hasta su juicio, previsto para enero de 2026.
Esfandiari está acusada de “apología del terrorismo”, “injurias racistas” y “asociación de malhechores” por su supuesta vinculación a un grupo llamado “Axe de la résistance”, cercano al polémico Alain Soral, condenado varias veces por incitación al odio. Los cargos surgen de publicaciones en redes sociales que presuntamente enaltecen ataques terroristas cometidos en Israel el 7 de octubre de 2023.
El caso ha tensado las relaciones entre París y Teherán. Desde septiembre, el ministro iraní de Exteriores, Abbas Araghchi, confirmó estar cerca de un acuerdo para un canje de prisioneros, calificando la detención de Esfandiari en Francia como injusta, mientras Francia insistía en que Kohler y Paris eran “rehenes de Estado”.
La liberación de los dos franceses parece un paso hacia ese intercambio, aunque la situación sigue siendo delicada. Esfandiari, nacida en Irán y residente en la región de Lyon antes de su detención, deberá responder en juicio junto a otras cuatro personas, incluido Alain Soral, quien reside en Suiza y no se ha presentado ante la justicia francesa.
El abogado de Esfandiari, Nabil Boudi, ha expresado alivio por la liberación de los franceses y defendió que su cliente fue detenida injustamente. La incertidumbre ahora gira en torno a si Esfandiari saldrá de Francia para ser intercambiada en Teherán o si su proceso sigue adelante en suelo francés.
Francia e Irán mantienen una relación diplomática complicada, con este caso como centro de tensión y con la expectativa puesta en las negociaciones que continúan en la embajada iraní en París. El futuro de este intercambio pondrá a prueba la capacidad de ambos países para manejar situaciones de rehenes y justicia penal en contextos geopolíticos complejos.


































