La parrilla Happening, un emblema de la Costanera en Buenos Aires, acaba de cumplir 60 años con la misma familia fundadora al frente. Lo que empezó como un carrito precario sin luz ni gas se transformó en un refugio gastronómico que marcó tendencia en la ciudad desde los años 60.
Fue Osvaldo Brucco, dueño de una agencia de publicidad, quien recibió el puesto número 12 en la Costanera tras cobrar una deuda, aunque sin interés inicial en la gastronomía. Su esposa Beba empujó el proyecto para ayudar a su cuñado Oscar, que luego falleció en un accidente.
Beba, una mujer fuerte y exigente, tomó las riendas en un ambiente dominado por hombres. Dos años después se mudaron al puesto 55, donde inauguraron en 1965 el primer Happening, bautizado en honor a la movida artística e intelectual que frecuentaban. Figuras como Borges, Bioy Casares y Marta Minujín pasaban por allí, y la parrilla vendía hasta 1000 choripanes por día.
Desde el principio impusieron la calidad: carne de los mejores proveedores, cortes innovadores como colita de cuadril y matambrito de cerdo, y un menú que desafiaba lo tradicional. Osvaldo fue pionero trayendo el cheesecake de Nueva York y ofreciendo milanesa con dos rodajas de lomo. “Tenía talento para descubrir lo que iba a funcionar, era un visionario”, recuerda Norberto La Porta, empleado desde 1981.
Tras un decreto que demolió el carrito original, Beba no se rindió y mantuvo la continuidad del negocio hasta que pudieron construir el local actual, con diseño del arquitecto Alberto Camardón. La nueva parrilla, vidriada y luminosa con vistas al Río de la Plata, se convirtió en un punto obligado para figuras del espectáculo y la política.
Mories Casán, Bon Jovi, Joe Cocker, Liza Minnelli, Roxette, los Ramones y Diego Maradona, entre otros, pasaron por Happening. Además, el chef Sebastián Tricarico cocinó para los Rolling Stones en la Quinta Presidencial, con pedidos especiales como las provoletas del lugar.
Hoy la tercera generación Brucco, con Lucas al mando, sigue renovando la carta sin perder la esencia. Incorporaron más pescado, vegetales a la parrilla, y la pastelería italiana sigue presente en postres clásicos como el mousse de dulce de leche. La atención es más cuidada, el servicio no supera los 500 cubiertos diarios a diferencia de los 1000 diarios del pasado.
“El mayor desafío es seguir en la vanguardia sin perder nuestra historia, y mantener la calidez que fundaron mis abuelos”, dice Lucas Brucco.
Con 60 años, Happening se mantiene abierto casi todos los días, solo cierra Navidad y Año Nuevo. El equipo trabaja con dedicación continua para sostener uno de los grandes hitos gastronómicos de Buenos Aires, un restaurante que nació de un carrito humilde y se transformó en un ícono del asado argentino y la cultura porteña.


































