Las autoridades belgas identifican a Rusia como principal responsable de los recientes sobrevuelos de drones que han afectado la seguridad nacional y suspendido operaciones en aeropuertos claves del país. En el último mes, drones detectados en bases militares de Elsenborn y Marche-en-Famenne, y en los aeropuertos de Bruselas y Lieja, obligaron a cancelar 54 vuelos y detener temporalmente operaciones en diversos aeródromos.
El ministro de Defensa, Theo Francken, advirtió en el Parlamento que la amenaza es “seria” y confirmaron que se ordenó al Ejército neutralizar los drones cuando sea seguro, evitando daños colaterales. El primer ministro Bart de Wever convocó al Consejo de Seguridad Nacional para este jueves y se reunirá antes con ministros clave para definir respuestas urgentes.
Las autoridades no nombraron abiertamente a Rusia, pero servicios de inteligencia apuntan a “un actor estatal” —mismo patrón que en recientes ataques con drones en Polonia, Rumania y Estonia— en un movimiento que coincide con el debate interno sobre el uso de fondos rusos congelados para la reconstrucción de Ucrania.
La portavoz de Exteriores de la UE, Anitta Hipper, sostuvo que Rusia está “poniendo a prueba las fronteras europeas y socavando nuestra seguridad”. La Unión Europea insiste en la urgencia de reforzar las defensas aéreas y crear un sistema antidrones europeo tras incidentes similares en Copenhague y Oslo.
Drones volando en formación y de noche muestran una alta coordinación técnica. Hasta el momento, Bélgica ha registrado miles de incidentes con drones, pero esta oleada representa un riesgo mayor por el contexto político y la proximidad a infraestructuras críticas. Las autoridades siguen evaluando el patrón detrás de estas incursiones y la posibilidad de ampliar las medidas defensivas.


































