Djiba Diakité, un nombre desconocido en Conakry hasta hace solo cuatro años, se ha convertido en la figura central del megaproyecto ferroviario de Simandou, que arrancará operaciones a finales de 2025. Exbanquero en Société Générale en Francia, Diakité saltó al centro del poder tras el golpe de Estado del 5 de septiembre de 2021 liderado por Mamadi Doumbouya.
Desde entonces, su influencia creció en Guinea, donde ahora es conocido como «el Presidente Bis» por su cercanía con Doumbouya y su papel decisivo en la viabilidad financiera y estratégica de Simandou, uno de los mayores yacimientos de mineral de hierro en África.
Antes del golpe, Diakité diseñaba complejos esquemas financieros al otro lado del Mediterráneo. Hoy, es el motor que une inversiones, recursos y política para lanzar un proyecto que moldeará la economía guineana durante décadas.
Simandou, con un horizonte de explotación previsto para el último trimestre de 2025, promete transformar a Guinea en un actor clave del mercado mundial del hierro. Sin embargo, el éxito del proyecto depende en gran medida del apoyo continuo de la cúpula militar y de la estabilidad política que garantice la seguridad de las inversiones.
Más allá de su perfil técnico, la presencia constante de Diakité al lado de Doumbouya indica que el poder en Guinea se juega hoy en equipos pequeños e influyentes donde civiles como él ocupan puestos estratégicos.
Fuentes oficiales no han detallado cifras, pero expertos subrayan que el éxito de Simandou puede traer miles de millones de euros en inversión y exportaciones para Guinea, un país que busca reducir su dependencia del aluminio y diversificar su economía.
El desafío es enorme en un contexto regional inestable y con cuestionamientos sobre la transparencia del proyecto. Diakité, jugador clave tras bambalinas, permanece en el foco mientras Simandou avanza hacia su momento decisivo.
