El bizcocho de mandarina, una receta sencilla y llena de aroma cítrico, está ganando terreno en las mesas de muchas casas este invierno.
La temporada de mandarinas, que llega en los últimos meses del año, es clave para preparar este bizcocho que combina el sabor fresco de la fruta con una textura suave y esponjosa. Su popularidad crece gracias a ingredientes básicos y pasos fáciles que no requieren destrezas complejas.
Para preparar el bizcocho se necesitan 3 mandarinas medianas sin semillas, 3 huevos, 200 gramos de azúcar, 100 ml de aceite de girasol o oliva suave, 220 gramos de harina de trigo, un sobre de polvo de hornear, y una pizca de sal. La mandarina, junto con huevos, azúcar y aceite, se baten hasta lograr una mezcla homogénea.
La harina y el polvo de hornear, previamente tamizados, se integran lentamente para evitar grumos y conseguir un bizcocho aireado.
La mezcla se vierte en un molde de 22 cm previamente engrasado y se hornea a 180°C durante 35 a 40 minutos. El punto final se confirma al insertar un palillo que salga limpio.
Este bizcocho, que rinde entre 10 y 12 porciones, es ideal en reuniones familiares, acompañado de café o como postre ligero. Se puede variar con chispas de chocolate, frutos secos o glaseado de mandarina para darle un toque especial.
Además, termina con una decoración simple: ralladura de mandarina y azúcar glas al gusto para un acabado atractivo.
Este plato aprovecha la fruta de temporada y ofrece una receta casera que, por su versatilidad, funciona para diferentes momentos del día, desde el desayuno hasta la merienda o el cierre de una comida.


































