Deportivo Pereira vive una crisis profunda que va más allá de la cancha. Pese a múltiples ofertas para comprar el club, el máximo accionista Álvaro López se niega a vender y mantiene estancada una negociación que podría salvar al equipo.
El equipo tenía programado recibir mañana al Deportivo Independiente Medellín por la fecha 19 de la Liga Colombiana, pero la incertidumbre por la suspensión de actividades ordenada por el Ministerio del Trabajo, por deudas laborales, pone en duda la realización del partido.
En medio de este caos, la afición Matecaña siente que la historia del 2013-2014 se repite con un club al borde del abismo. Seguidores y la opinión pública exigen que López tome una decisión definitiva sobre la venta, pero hasta ahora la respuesta ha sido negativa.
Esta semana se conoció que un grupo de inversionistas locales presentó una propuesta formal para comprar el club, pero López la rechazó. El grupo analiza ahora acercarse al Deportes Quindío para ofrecer su interés.
En paralelo, el exfutbolista campeón de Copa Libertadores Orlando Berrío y el empresario José Miguel Jaramillo comunicaron públicamente su intención de comprar a Pereira. Según ellos, cuentan con respaldo financiero de empresas de México, Estados Unidos y Brasil, e incluso presentan un plan a diez años, aunque no han conseguido reunirse con López.
Además, el entrenador santarrosano Juan Carlos Osorio acercó empresarios mexicanos interesados en adquirir un equipo colombiano, presuntamente para negociar la compra total de Pereira. Sin embargo, no se ha logrado ningún avance porque López insiste en vender el 100% del club, sin ceder participaciones.
Fuentes consultadas aseguran que la fuerte resistencia de López a desprenderse del equipo se debe al valor histórico y la importancia que representa Deportivo Pereira para la ciudad y la región. El estadio Hernán Ramírez Villegas y la pasión de una de las mejores aficiones del país convierten al club en un activo atractivo, pero en riesgo si no se resuelve pronto la crisis.
Mientras tanto, la amenaza de un descenso o incluso una desafiliación del campeonato colombiano vuelve a poner en jaque la permanencia del club, que está en la cuerda floja por problemas financieros y la gestión prudente que reclaman los hinchas.
El reloj corre y el futuro inmediato de Deportivo Pereira sigue suspendido entre deudas, negociaciones fallidas y una ciudad que pide soluciones claras.


































