Una madre de familia está en pie de guerra tras descubrir que la peluquería Kev JL en Boulogne-sur-Mer le entregó a su hija un desastre capilar por 260 euros.
La adolescente de 15 años acudió al centro para colocarse extensiones, pero al salir su madre Céline calificó el resultado como “una horror” y publicó fotos en Facebook para denunciar la situación.
Según Céline, el problema comenzó porque la peluquera se sorprendió al ver que la chica llegó con un corte “en carré”, y advirtió que las extensiones quedarían mal si no se hacía un degradado. Sin embargo, aceptó el trabajo y al final el resultado fue caótico.
La madre regresó al salón para pedir una solución. La peluquera retiró las extensiones, pero se negó a devolver el dinero. Céline anunció que presentará una denuncia por estafa ante el tribunal civil de Boulogne-sur-Mer, amparada además por testimonios de otras clientas insatisfechas.
“Todos podemos equivocarnos, pero siendo profesional hay que buscar una solución y no negar el problema”, afirmó Céline.
Desde Kev JL, la dueña dice estar abrumada por la viralidad del caso y critica las amenazas recibidas en redes sociales. Insiste que advirtió a la cliente del riesgo y lamenta la polémica generada.
El caso que empezó como un simple tratamiento de belleza ahora escala a un conflicto judicial que podría resonar en el sector de la estética local, donde la confianza y la profesionalidad son clave para los clientes.


































