Miranda Makaroff, artista barcelonesa nacida el 11 de agosto de 1984, explica cómo el mar ha sido el eje de su vida y obra. En una entrevista desde Santa Pola, a bordo del yate Astondoa Ax8, la diseñadora y actriz rememora sus veranos infantiles en la Costa Brava, en especial en Playa de Aro, donde encontraba un refugio que hoy sigue influyendo en su arte.
“Los veranos con mis abuelos eran siempre mi símbolo de sentirme en casa, protegida”, dice Makaroff, quien recuerda la magia de bucear y sumergirse en el agua como un momento donde todo cambiaba de dimensión. Esa sensación de silencio y luz líquida sigue presente en su trabajo y en su vida en Ibiza, donde se ha instalado para mantener esa conexión con el mar.
Desde Ibiza, la artista conecta con esa “vida sin responsabilidades” y la protección que le ofrece el Mediterráneo, un elemento que define su visión y que describe como “la época más bonita de mi vida”. En este punto de su carrera y su vida personal, Miranda navega entre calma y creatividad con la serenidad de quien ha encontrado su rumbo.
La cita en los astilleros de Astondoa y la elegancia del Astondoa Ax8, un barco que refleja el estilo contemporáneo mediterráneo, subrayan el contexto en el que Makaroff articula esa relación simbólica con el mar. La artista sigue fiel a su esencia libre e instintiva, con una sensibilidad que encuentra su raíz en esas memorias acuáticas de la infancia.
Miranda Makaroff representa así una voz singular del arte español contemporáneo que navega con el Mediterráneo como compañera inseparable.


































