Rachel Reeves, canciller del Reino Unido, está al borde de una tormenta política tras insinuar una posible subida del impuesto sobre la renta (IRPF) en su próximo presupuesto.
Hace justo un año, tras presentar su primer presupuesto, Reeves advirtió que las medidas traerían “dolores” a la economía. Hoy, los números confirman un crecimiento débil, aumento del desempleo y un sector clave en crisis: los pubs británicos están viendo cerrar más negocios que en dos décadas.
La canciller prometió restaurar la estabilidad fiscal y proteger a los trabajadores, pero la realidad pinta otra cosa. El aumento de impuestos y gastos generó una deuda creciente y la inflación persiste, reduciendo el poder adquisitivo de la clase media.
En una intervención reciente en Downing Street, Reeves defendió sus políticas pero admitió que “el techo se está cayendo”. El mensaje es claro: habrá más impuestos y será doloroso para los británicos. Según analistas, la subida podría ir desde £20.000 hasta £50.000 millones, con un aumento del IRPF básico después de 50 años.
Este posible aumento rompe el compromiso electoral del Partido Laborista, que durante la campaña aseguró que no subiría ni IRPF, ni IVA ni National Insurance. Ya se ha visto un incremento en el último año del impuesto a los empleadores.
Críticos y opositores denuncian que Reeves actúa con cinismo y deshonestidad política. La demanda en la Cámara de los Comunes es clara: si el IRPF sube, la canciller debe dimitir por traicionar su palabra. Reeves, sin embargo, ha dicho que no renunciará y que está decidida a “terminar el trabajo” de recuperación económica.
Estos acontecimientos ponen en aprietos no solo a Reeves sino también a Keir Starmer, líder laborista, que podría ver caer su apoyo si el electorado percibe que el gobierno incumple promesas y castiga a los contribuyentes con nuevas cargas fiscales.
El Reino Unido entra en un periodo de incertidumbre financiera y política con un gobierno que se aferra al poder mientras suben las voces reclamando contención fiscal y responsabilidad. La próxima presentación del presupuesto será decisiva para la viabilidad política de Reeves y la confianza en el Partido Laborista.


































