Una centena de jubilados se reunió este jueves frente a la prefectura de Poitiers para protestar contra el proyecto de ley de finanzas para 2026. A pesar de la lluvia ligera, los manifestantes exigieron respuestas claras sobre el presupuesto del próximo año y su impacto en las pensiones y servicios públicos.
Representantes de los sindicatos CGT, FSU, SUD y la FRG acompañaron a los jubilados en la movilización. Una delegación fue recibida por un representante del prefecto, quien mostró atención a las demandas.
Patrick Laîné, secretario federal de la FSU, calificó como “cruciales” los temas tratados, destacando que el representante estuvo “en acuerdo” con varias reivindicaciones y “no intentó evadirlas”.
“Hay que dejar de dar dinero a países que quieren aniquilarnos y dejar de favorecer a políticos antes que a trabajadores y jubilados”
dijo Marie-France, jubilada del sector público, subrayando el hartazgo del colectivo. “Cuando no tengo dinero, no doy. Macron debe dejar de regalar porque ya no hay recursos”, agregó la mujer de 81 años.
Los jubilados reclaman además que se les deje de presentar como privilegios sociales, recordando que su generación también enfrentó dificultades. André, otro manifestante, enfatizó que ellos sostienen buena parte del voluntariado y la vida local, y que su rol es imprescindible.
En la reunión se abordó también la preocupación sobre el deterioro del sistema hospitalario y la dificultad creciente para conseguir citas médicas con especialistas. La lejanía de los servicios de salud fue un punto especialmente atendido por el representante del prefecto.
El descontento general con el gobierno se percibe fuerte. Los jubilados consideran que se les responsabiliza injustamente por la deuda del Estado, cuando en realidad la crisis refleja la incapacidad del Ejecutivo para manejar las finanzas.
Esta protesta se suma a otras movilizaciones recientes en Francia, como la del 2 de octubre en Poitiers, donde cerca de 1.500 personas marcharon contra las reformas sociales.
