El Gobierno de Estados Unidos anunció la suspensión de la financiación al servicio húngaro de Radio Free Europe / Radio Liberty (RFE/RL), conocido localmente como Szabad Európa, tras acusar a la emisora de actuar contra los intereses nacionales y la relación con el Gobierno legítimo de Viktor Orbán.
Kari Lake, directora ejecutiva de la Agencia de Medios Globales de EE.UU. (USAGM), informó al Congreso que los fondos públicos dejarán de destinarse a medios que presionan a gobiernos aliados y que los recursos se redirigirán a otros fines estratégicos. La decisión refuerza el mensaje de Washington de que las agencias públicas de comunicación deben servir a los intereses estadounidenses y no alinearse con agendas externas como la de la Unión Europea.
La emisora fue reabierta en Hungría en 2020 con apoyo de fondos europeos y estadounidenses, pero desde entonces se convirtió en una plataforma crítica al Ejecutivo de Orbán y en un vehículo de presión política desde Bruselas. El documento oficial sostiene que Radio Free Europe contradecía la política exterior de EEUU y dañaba la amistad con un socio firme dentro de la OTAN.
Desde que el presidente Donald Trump impulsó una reorientación estratégica para recortar el tamaño y presupuesto de la USAGM, la emisora ha experimentado despidos masivos y problemas financieros que adelantan el cierre de su sede en Budapest.
La medida ha sido celebrada en Hungría, especialmente por miembros del partido oficialista Fidesz. El eurodiputado András László afirmó en redes sociales que la emisora «era indigna de su nombre y trabajaba contra la amistad entre Estados Unidos y Hungría», calificando la suspensión como un gesto de respeto a la soberanía nacional y el fin de la injerencia mediática europea.
Con esta decisión, EEUU reafirma su apoyo político a Viktor Orbán y marca distancia del discurso crítico promovido por Bruselas, que busca aislar al Gobierno húngaro por sus políticas internas.


































