Un vecino de Neuville-sur-Saône, en la región del Rhône, tenía listo el proyecto para construir su piscina cuando hizo un hallazgo inesperado que vale 700,000 euros.
Mientras cavaba el terreno para instalar su futuro baño, no dio con agua sino con un tesoro enterrado: cinco lingotes de oro y numerosas monedas, todas embaladas en bolsas de plástico, informó el diario Le Progrès. La propiedad la había adquirido apenas un año antes en esta localidad de unos 8,000 habitantes al norte de Lyon.
El dueño confirmó la presencia del oro ante la alcaldía, un paso obligatorio según el código del patrimonio francés. Tras las comprobaciones rutinarias por parte de la Dirección Regional de Asuntos Culturales (DRAC) —para descartar que el oro tuviera interés arqueológico o científico o que proviniera de algún robo— finalmente se le autorizó a conservarlo.
El misterio persiste sobre el origen de esos lingotes y monedas. Según Le Progrès, el anterior propietario de la casa ha fallecido y nadie sabe quién enterró ese oro ni por qué. El actual dueño francamente no tenía idea de que bajo su terreno yacía semejante fortuna y ahora se encuentra en una situación privilegiada sin haberse movido de casa.
Este inesperado hallazgo, con valor estimado en 700,000 euros, pone en relieve los secretos que pueden esconder terrenos urbanos y rurales en Francia, particularmente en regiones con larga historia, aunque en este caso no hay indicios de un vínculo directo con el patrimonio arqueológico.
Por ahora, el hombre planea continuar con sus obras y protagoniza una historia que mezcla suerte, misterio y oro. La comuna y las autoridades siguen valorando el caso, pero todo indica que el dueño está a punto de disfrutar su piscina y un inusual plus en su patrimonio.


































