Tras más de dos años de bombardeos continuos, el 78% de los edificios en la Franja de Gaza han quedado destruidos, revelan imágenes inéditas filmadas por un equipo de TF1.
El reportaje, transmitido este jueves en el noticiero de las 20H, muestra la devastación total en uno de los barrios más poblados de la ciudad de Gaza, donde antes vivían más de 100.000 personas. Solo quedan montañas de polvo y escombros en kilómetros y kilómetros de territorio arrasado.
Desde que Hamas lanzó ataques terroristas el 7 de octubre de 2023, Israel prohibió el acceso a periodistas a la Franja. Esta semana, el único modo para la cobertura de TF1 fue acompañar a las tropas israelíes, que controlan estrictamente la entrada y los desplazamientos dentro de Gaza.
La operación para permitir a los medios entrar también responde a una estrategia militar israelí para mostrar sus esfuerzos por mantener vigente el frágil cese del fuego vigente desde hace días.
La línea de la muerte divide Gaza
Una “línea amarilla” separa ahora Gaza en dos sectores. Nuestro equipo llegó hasta el límite del territorio bajo control israelí, en el este de la ciudad, donde se pueden ver edificios gravemente dañados que todavía se mantienen en pie. Del otro lado, las fuerzas israelíes han demolido sistemáticamente las construcciones, justificando que Hamas habría colocado minas en ellas.
Bulldozers israelíes continúan trabajando para borrar cualquier ruina que pueda representar un riesgo o refugio para militantes.
El ambiente es tenso. Bajo camuflajes, los soldados vigilan en las colinas de arena con drones que sobrevuelan la zona sin descanso. Muestran una vigilancia extrema contra posibles infiltraciones del grupo Hamas que aún intenta cruzar la línea del cese del fuego.
“Cuando detectamos que un terrorista armado intenta entrar, le abatimos inmediatamente, como pasó ayer”,
declaró un soldado ante la cámara.
El ruido constante de los drones y la visión de municiones esparcidas en el suelo ilustran que la calma es engañosa y que el acuerdo de paz sigue bajo amenaza diaria. Ambos bandos se acusan mutuamente de violar el alto el fuego.
Este reportaje pone en evidencia no solo la destrucción material de Gaza, sino la profunda división y la precariedad de la situación humanitaria y militar dentro de la franja.
Mientras tanto, el mundo observa una zona que permanece en ruinas, con miles de civiles afectados y pocas señales claras de desescalada definitiva.


































