El gobierno francés ha iniciado una dura ofensiva contra Shein, el gigante chino del comercio online, tras revelar la venta ilegal de productos altamente polémicos, entre ellos muñecas sexuales con apariencia infantil. Esta acción se produce apenas después de la apertura fallida de su primera tienda física en París, ciudad símbolo de la moda.
Shein, conocido por su bajo costo y rapidez en la moda, es acusado de ignorar completamente las normas laborales, sanitarias y ambientales. A la polémica de las muñecas sexuales se suman alertas sobre juguetes peligrosos, cosméticos prohibidos y productos eléctricos de mala calidad que circulan libremente en su plataforma.
Ayer, las autoridades francesas realizaron una operación de control masivo, inspeccionando 200,000 paquetes en el aeropuerto de Roissy. Paralelamente, se ha activado un procedimiento formal para suspender las actividades de Shein en el país.
«Lo que quiere el cliente, nosotros se lo damos», señaló sin tapujos Donald Tang, jefe de Shein, reflejando una falta total de compromiso con la calidad y la legalidad.
El ministro de Economía francés, Roland Lescure, denunció esta “invasión comercial” que erosiona las normas europeas y daña el tejido comercial local. Este movimiento del ejecutivo galo ocurre en un contexto donde Europa busca frenar la expansión descontrolada de plataformas que anteponen el precio a la seguridad y la regulación.
En la industria, este caso es comparado con la entrada masiva de comida rápida que debilitó la gastronomía tradicional. Sin embargo, a diferencia de aquella batalla perdida, las autoridades francesas están decididas a combatir la “mala-consumo” desenfrenado que propone Shein.
La marca china, surgida en los últimos años como una fábrica global de moda cartón-piedra, ahora enfrenta serios obstáculos para operar en Francia y posiblemente en toda Europa.


































