Elon Musk acaba de asegurar una posible recompensa histórica: 1.000 millardos de dólares en los próximos diez años, si Tesla cumple con metas muy ambiciosas.
Los accionistas de Tesla aprobaron un plan de remuneración ligado a objetivos concretos. Musk solo podrá cobrar si la firma logra vender 20 millones de vehículos y multiplicar por ocho el valor bursátil actual de la empresa.
Este acuerdo pone sobre la mesa un desafío gigantesco. Para Musk, supone un riesgo, pero también un potencial retorno sin precedentes en la industria tecnológica y automotriz.
Vender 20 millones de coches eléctricos en una década significa superar por mucho los récords actuales de mercado. Además, multiplicar el valor de Tesla por ocho implica llevarla a niveles récord en la Bolsa, extremos que pocos analistas consideran probables sin un crecimiento explosivo.
Esta jugada confirma la confianza de los accionistas en la visión y capacidad de Musk para transformar Tesla en un actor dominante global. Al mismo tiempo, pone presión sobre el CEO para entregar resultados concretos y sostenidos a largo plazo.
El plan puede convertirse en la mayor bonificación de la historia empresarial si Musk alcanza sus objetivos, un premio que refleja la apuesta por el desarrollo de la movilidad eléctrica y la innovación sustentable.
En Francia y Europa, donde Tesla compite con fuerte impulso en el mercado de vehículos eléctricos, la carrera de Musk y su plan millonario serán observados con atención por inversores y fabricantes.


































