Foxconn está a punto de cambiar para siempre el panorama laboral en su fábrica de Houston, Texas. La multinacional taiwanesa ha comenzado a reemplazar a sus operarios por robots que ensamblan servidores destinados a alimentar sistemas de inteligencia artificial. Estos robots, controlados por el cerebro artificial Isaac GR00T de NVIDIA, prometen una flexibilidad y destreza casi humanas.
Estos nuevos empleados metálicos están diseñados para trabajar en espacios originalmente pensados para humanos, aprendiendo, adaptándose y colaborando con sus colegas de carne y hueso. Según Foxconn y NVIDIA, esta «colaboración» multidimensional mejora la eficiencia y reduce costes frente a la mano de obra tradicional, que resulta más cara y menos predecible.
El sistema funciona con dos niveles de inteligencia: uno instintivo para tareas simples y otro reflexivo para trabajos complejos. Aun así, la supervisión humana seguirá siendo necesaria, aunque relegada a roles más técnicos y mejor remunerados. El CEO de Foxconn no oculta su objetivo: una automatización casi total en sus plantas americanas.
El centro en Houston se convierte así en un laboratorio vivo para la fábrica del futuro, donde la inteligencia artificial participa en la creación misma de las máquinas que la sustentan, usando las herramientas de simulación Omniverse, también de NVIDIA. Sin embargo, esta transición no está exenta de controversia: promete relocalizar empleos industriales en Estados Unidos, pero en realidad los reemplaza por circuitos y software avanzados.
La apuesta tecnológica de Foxconn marca un paso decisivo hacia la deshumanización progresiva del trabajo fabril, abriendo la puerta a una élite capacitada para controlar las máquinas mientras las líneas de montaje prescinden casi por completo de manos humanas.


































