Diego Martínez explotó contra la dirigencia de Boca y no guardó críticas hacia Juan Román Riquelme en una entrevista para TNT Sports donde repasó su traumática salida del club. El actual técnico de Cerro Porteño confesó que sus vínculos con Riquelme fueron limitados y que le hubiera gustado tener más diálogo con el vicepresidente.
Martínez recordó la derrota clave 2-0 contra Belgrano en Córdoba que selló su despido y marcó el fin de un ciclo corto y turbulento. Antes había quedado eliminado en una semifinal ante Estudiantes por penales y también fuera en octavos de la Copa Sudamericana frente a Cruzeiro, también en definición desde los doce pasos.
El entrenador de 46 años afirmó que durante su paso por Boca el armado del plantel dependió casi exclusivamente de Marcelo Delgado y Riquelme, con quienes tuvo contacto limitado. “El equipo se conformaba con Chelo Delgado, era la persona con la que yo hablaba en Boca. Juan Román me dijo que era con quien tenía que hablar”, puntualizó.
Sobre la falta de diálogo con la dirigencia, señaló:
“Me hubiese gustado tener charlas con el presidente, con Riquelme. Tuve pocas. Se dio así, cada institución marca la manera”
.
Aún procesando su salida de Boca, Martínez reveló una nota personal: tras su paso por el club, el exjugador Lautaro Montoya le recomendó iniciar terapia psicológica, algo que el DT nunca había intentado y que todavía está trabajando. “Nunca había hecho terapia, pero después del proceso de Boca me llamó Lautaro Montoya, charlamos como una hora por teléfono y me dijo: ‘Diegui, no lo tomes a mal, pero te dejo un contacto de un psicólogo’”, contó.
Diego Martínez terminó su ciclo tras perder tres partidos consecutivos en el torneo local y la renuncia quedó sellada por la caída ante Belgrano en el Gigante de Alberdi. Su paso se recordará por los buenos resultados ante los grandes, pero también por la crisis institucional y deportiva en 2024 que llevaron a acelerarlo fuera del club.
Con esta exposición pública, Martínez vuelve a encender la polémica sobre la influencia directa de Riquelme y Delgado en las decisiones del equipo profesional, mientras él se define como un técnico con poca voz dentro del armado final. El episodio abre interrogantes sobre la autoridad real que tienen los entrenadores en Boca y el modo en que se gestionan las relaciones con la dirigencia.
Por ahora, Martínez sigue en Paraguay al frente de Cerro Porteño y evidenció que la herida que le dejó Boca aún está abierta, con impacto directo en su vida personal y profesional.
