Un nuevo proyecto de ley en Turquía amenaza con endurecer la represión contra la comunidad LGBT+. Según fuentes locales, el texto será presentado al Parlamento turco antes de que termine el año y contempla penas de prisión para quienes promuevan “actos indecentes”. Además, prohibirá las cirugías de transición de género a menores de 25 años.
Esta medida forma parte de la denominada «Año de la familia», una política impulsada por el presidente Recep Tayyip Erdogan que busca fortalecer las “valores tradicionales” y revertir la baja natalidad. Expertos y activistas temen que esta ley agrave la ya difícil situación de la comunidad LGBT+ en el país.
En pleno corazón de Estambul, en el barrio de Beyoglu cerca de la emblemática plaza Taksim, la escena queer resiste en lugares como el club nocturno Sahika. Allí, durante una reciente noche de noviembre, drag queens como Anna Tholia encabezaron shows que reflejan tanto la resistencia cultural como la fragilidad del espacio que ocupan.
El clima político en Turquía se ha vuelto cada vez más hostil para el colectivo LGBT+. La criminalización de la promoción de la diversidad sexual y las restricciones para los tratamientos de identidad de género son un paso atrás para los derechos humanos que las organizaciones internacionales llevan años señalando.
El Congreso turco debatirá el proyecto pronto. Mientras, la comunidad LGBT+ y sus aliados se preparan para enfrentar esta nueva ofensiva legal que podría aumentar la persecución.
La presión internacional y el seguimiento mediático serán claves para observar cómo evoluciona la situación. Por ahora, la sombra de la represión se extiende sobre una escena que lucha por sobrevivir en uno de los países más grandes de Oriente Medio.


































