Lázaro Francisco Luría, exalcalde panista de Chinameca, Veracruz, fue encontrado decapitado este jueves en una carretera rural del sur del estado, tres días después de ser secuestrado por un grupo armado.
El cuerpo de Luría, quien gobernó el municipio entre 2012 y 2013, apareció entre campos de maíz a un lado de la carretera que conecta Oteapan y Zaragoza, una zona conocida por la actividad del crimen organizado, narcotráfico y extorsión.
Familiares confirmaron que el exedil, de más de 60 años, fue plagiado a principios de noviembre. La policía detalló que fue hallado con señales de violencia extrema, vestido con pantalón vaquero azul, camiseta blanca y sandalias.
La Fiscalía General del Estado de Veracruz abrió una investigación formal. En un comunicado, informó que ya despliegan unidades forenses y de la Policía Ministerial para recabar pruebas y determinar si el asesinato está vinculado a su pasado político o a grupos criminales locales.
Veracruz se ha convertido en uno de los estados más peligrosos para alcaldes y exfuncionarios. Organizaciones civiles registran más de 20 exalcaldes asesinados en la última década en la región, la mayoría en contextos de secuestros o ajustes de cuentas relacionados con el narcotráfico.
Este homicidio ocurre en un momento de creciente violencia política en México, con ataques frecuentes contra candidatos, alcaldes y exautoridades en vísperas del ciclo electoral de 2026.
El caso de Luría se suma a la larga lista de asesinatos sin resolver en el país, donde el promedio diario de homicidios supera los 80, muchos con modus operandi de ejecución.


































