Los equipos de la Premier League están recurriendo cada vez más al endeudamiento para sobrevivir en un mercado futbolístico que cuesta miles de millones. En los últimos meses, clubes como Wolverhampton Wanderers y Nottingham Forest, ambos en riesgo de descenso, han pedido dinero a nuevos actores financieros como Pgim Inc. y Apollo Global Management.
La competencia en la Premier League, con un gasto récord de US$4.000 millones en fichajes este verano y traspasos que superan los US$128 millones por jugadores estrella, presiona a los clubes a buscar fuentes de financiación más allá de los bancos tradicionales.
Históricamente, solo bancos europeos como HSBC, Barclays y Banco Santander, junto a prestamistas especializados como Close Brothers y Aldermore, han tenido acceso privilegiado para financiar a los clubes grandes.
El riesgo de prestar a clubes de fútbol es alto: una mala temporada puede llevar al descenso y afectar gravemente las finanzas. Como dice Francesco Filia, director de Fasanara Capital:
“Los bancos tradicionales suelen evitar prestar a clubes porque el riesgo va más allá del balance, y la presión reputacional es fuerte.”
Aunque el acceso a financiación convencional está limitado, el crecimiento de empresas de crédito privado amenaza con cambiar el panorama. Estas firmas, que aún no forman parte del círculo cerrado de prestamistas aprobados por la Premier League, ya han empezado a otorgar préstamos a clubes que necesitan liquidez urgente.
Sasha Ryazantsev, asesor financiero de Burnley FC, afirma:
“La financiación convencional no está fácilmente disponible y los acreedores solo buscan garantías sólidas como activos, derechos de transferencia o ingresos por venta de boletos.”
La Premier League protege sus derechos de televisión y fondos centrales, que representan base financiera sólida y garantizan ingresos mínimos de unos US$160 millones anuales. Solo los bancos autorizados pueden ceder cuentas por cobrar con esos ingresos como aval.
La lista oficial de prestamistas incluye también al alemán Banca Sistema y bancos como Macquarie y Citibank, el único banco de Wall Street en el grupo. Por otro lado, bancos con fuerte vinculación a clubes pero sin aprobación formal, como JPMorgan Chase, continúan financiando a equipos como Chelsea FC, Fulham FC y Everton FC.
La entrada de nuevos prestamistas, la presión por mantener operaciones y proyectar remodelaciones de estadios impulsa esta tendencia creciente de endeudamiento. La Premier League continúa evaluando la incorporación de más nombres a su lista de prestamistas autorizados, mientras las firmas de capital privado suben en influencia.
Este cambio en la estructura financiera marca un momento decisivo en la economía del fútbol inglés y complica aún más la supervivencia de clubes con riesgo de descenso en una liga que exige altas inversiones para competir.


































