El ministro de Economía de Italia, Giancarlo Giorgetti, despejó dudas sobre posibles obstáculos políticos para la fusión entre Banco Bpm y Crèdit Agricole, confirmando que la ley italiana de golden power —que permite al Estado intervenir en operaciones estratégicas— será aplicada rigurosamente en este caso.
Giorgetti pone la ley por encima de posibles objeciones políticas
Al ingresar al Senado, Giorgetti respondió con claridad y sin ambigüedades a la pregunta sobre eventuales “objecciones políticas” respecto a la fusión bancaria. Dejó claro que no se trata de una cuestión política, sino de una norma jurídica que debe cumplirse con igual rigor para todos los actores económicos. En sus propias palabras:
«No tengo objeciones políticas, tengo una ley que debo hacer respetar, como lo hice con otros la haré respetar con ellos también. Hay una ley y vale para todos»
Consultado sobre el posible uso del golden power para esta operación, Giorgetti respondió escuetamente que se remite a la ley que regula este mecanismo, insinuando que esta herramienta de control estatal y protección de intereses nacionales estará disponible si las circunstancias lo requieren.
Esta legislación, reforzada recientemente, permite al gobierno italiano intervenir para salvaguardar sectores estratégicos clave, especialmente en fusiones que involucren bancos y activos financieros significativos.
Contexto económico y desafíos para el sector privado
En la misma sesión en el Senado, Giorgetti abordó la difícil situación contractual del sector público, donde la recuperación de contratos atrasados se ha convertido en una prioridad urgente. Destacó que en administraciones como la educación y las fuerzas armadas se han resuelto dilaciones enormes en la actualización salarial y que ahora el Estado está renegociando para avanzar hacia aumentos salariales sostenibles.
Sin embargo, Giorgetti lanzó un llamado directo al sector privado para sumarse a este esfuerzo colectivo, sugiriendo que las empresas privadas también deben reconocer incrementos salariales que respondan a la realidad económica actual.
Esta postura apunta a mitigar las tensiones inflacionarias y preservar el poder adquisitivo de los trabajadores en un momento en el que la economía italiana enfrenta condicionantes globales y domésticos difíciles, con presión sobre los costos y la competitividad.
Crítica velada al FMI y gestión económica del gobierno
En un pasaje polémico, será recordada la intervención de Giorgetti al responder sobre las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para Italia. Definió al FMI como una institución que puede permitirse emitir recetas desde una “situación de confort”, distante de la realidad cotidiana de los ciudadanos. La ironía con la que afirmó que “es bonito superar sus estimaciones siempre ultra-prudentas” ilustra la línea crítica pero pragmática con la que el Ejecutivo encara los pronósticos internacionales.
Giorgetti también subrayó con contundencia la mejora en el costo del endeudamiento italiano: recordó que el diferencial de los intereses (spread) bajó a alrededor de 80 puntos básicos, lejos del nivel de 250 que se registraba al inicio de la legislatura. Según el ministro, este cambio representa un ahorro no solo para el gobierno sino para todos los italianos, porque reduce la carga de intereses que limitan el presupuesto destinado a familias y empresas.
La metáfora naval para la estrategia económica italiana
Para ilustrar la estrategia económica del gobierno, Giorgetti recurrió a una metáfora inspirada en el cine y compartida en referencia a otro senador de la Liga, Massimo Garavaglia. Descartó la idea de impulsar la economía con un “motor a superbono” —una referencia a políticas de estímulo agresivas y costosas— o confiar en una “velera” que discutió, sería poco confiable ante posibles “tormentas” económicas.
En cambio, dijo que la solución elegida es como “una barca a remos”, un método que exige mucho esfuerzo continuo, pero que es ambientalmente sostenible y sólido frente a condiciones adversas. Esta metáfora refleja una apuesta por la prudencia fiscal y el crecimiento gradual, evitando riesgos excesivos en un contexto internacional aún incierto.
Implicaciones para la fusión y el futuro del sistema bancario
La confirmación del respeto estricto a la ley de golden power en la posible fusión entre Crèdit Agricole y Banco Bpm es una señal clara de que el gobierno italiano vigilará de cerca cualquier movimiento importante en sectores estratégicos. Esta fusión, que implica un reordenamiento significativo dentro del sistema financiero italiano, tendrá que superar filtros regulatorios y políticos estrictos.
En un momento en que la banca europea enfrenta desafíos de liquidez, competencia y digitalización, y con las inquietudes post-pandemia todavía vigentes, la posición del Gobierno italiano refuerza un enfoque de control soberano. La aplicación de la ley sin concesiones refleja además el deseo de evitar que actores extranjeros o conglomerados desestabilicen activos clave para la economía nacional.
En resumen, el mensaje de Giorgetti al Senado es contundente: las leyes italianas son la guía y no habrá privilegios, por gran o pequeño que sea el actor involucrado. Mientras el debate sobre la fusión continúa evolucionando, los mercados y los intereses nacionales permanecerán bajo estricta vigilancia gubernamental.
