El presidente de transición de Perú, José Jerí, confirmó que la ex primera ministra Bettsy Chávez no podrá viajar a México aun cuando ese país le otorgó asilo político esta semana. Chávez se encuentra refugiada en la embajada mexicana en Lima, pero el gobierno peruano mantiene bloqueado su salvoconducto para salir del país.
Jerí dijo a la prensa que su administración no tomará una decisión inmediata sobre el caso y que evaluará cuidadosamente los términos para conceder el permiso de salida. “Todavía no nos pronunciamos y mientras eso ocurre, Chávez no puede salir”, declaró, enfatizando que se tomará el tiempo que sea “pertinente”.
El ministro de Relaciones Exteriores peruano, Hugo de Zela, entregó un comunicado anunciando que Perú iniciará un proceso ante la Organización de Estados Americanos (OEA) para solicitar una revisión y posible modificación de la Convención de Caracas de 1954, norma regional sobre el derecho al asilo político. Según el gobierno peruano, esta convención se ha “tergiversado” y “desnaturalizado” al permitir que delitos comunes se presenten como persecuciones políticas.
El anuncio surge en un contexto de alta tensión diplomática entre Perú y México. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, confirmó que Chávez está alojada en la embajada mexicana en Lima desde el lunes. Inmediatamente, el gobierno peruano respondió con la ruptura de relaciones diplomáticas bilaterales, profundizando el deterioro ya existente desde inicios de 2023, cuando México no reconoció la legitimidad de la presidenta peruana Dina Boluarte.
Bettsy Chávez enfrenta un juicio en Perú junto al expresidente Pedro Castillo y otros exfuncionarios, acusados de rebelión y conspiración por el intento fallido de golpe de Estado que Castillo intentó el 7 de diciembre de 2022. La fuga de Chávez al refugio en la embajada mexicana y la consecuente concesión de asilo marcaron un nuevo capítulo en esta compleja crisis política.
El gobierno peruano mantiene que aún está analizando sus obligaciones bajo tratados internacionales y la “evolución negativa” en la aplicación del derecho al asilo en la región. El proceso de consulta con expertos y países miembros de la OEA será clave para definir la postura oficial que impida la salida de Chávez y regenerar, según ellos, la interpretación original de la Convención.
Mientras tanto, Bettsy Chávez sigue confinada en la sede diplomática mexicana en Lima, con el futuro de su estatus migratorio e inmunidad en suspenso, en medio de una disputa que agrega presión a las ya frágiles relaciones Perú-México.


































