Las consultas médicas en las zonas más pobres de Gales aumentan aceleradamente mientras los centros de atención primaria afrontan una crisis anunciada. Un comité de salud del Senedd fue advertido este lunes por expertos y médicos sobre el colapso inminente de las consultas en las comunidades con mayor necesidad.
Adrian Edwards, profesor de la Universidad de Cardiff y exmédico general, denunció que el número de médicos generalistas en el Reino Unido está muy por debajo del nivel de países como Australia o Canadá, con solo 45 GPs por cada 100,000 habitantes en comparación con 121 en Australia. Gales, en particular, es el peor parado dentro del Reino Unido.
Edwards recordó la ley inversa de la atención médica, que dice que las zonas con peores condiciones sociales tienen menor acceso a buenos servicios médicos. “En las áreas más ricas, un GP atiende a 2,100 pacientes, pero en las más pobres ese número sube a 2,400”, dijo. Además, estos centros reciben un 7% menos de ingresos para cubrir servicios frente a las zonas acomodadas.
La situación se agrava porque los pacientes en estas zonas desfavorecidas acuden al médico casi el doble de veces, lo que supera el límite de capacidad de los profesionales. Según Edwards, en los últimos veinte años la proporción del gasto en atención primaria en Gales cayó del 11% al 7,6% del presupuesto sanitario, mientras sigue aumentando la presión en hospitales enfocados en curar en lugar de prevenir.
La red Deep End Cymru, formada por médicos que trabajan en las áreas más vulnerables, afirmó que muchos centros “están ahogándose silenciosamente”. Jonny Currie, médico en Ringland, Newport, señaló que por cada 10% más de pacientes pobres, los ingresos caen un 1%. Esto representa “decenas de miles de libras menos para la atención primaria” pese a la creciente demanda.
Por su parte, Neil James, de la Rhymney valley, resaltó que en los últimos tres años el 10% de las consultas en zonas pobres han cerrado o fusionado, el triple en comparación con áreas más acomodadas. “Estas prácticas están colapsando”, afirmó James, un médico con más de 20 años en la zona y testigo directo de la desintegración social que agrava la salud comunitaria.
En la audiencia en el Senedd, Edwards alertó que la fuga de médicos jóvenes es grave: el 10% de los GPs menores de 40 años dejó la profesión en 2023. “Estamos desangrándonos, hay que actuar ya”.
La evidencia aportada por Deep End Cymru muestra el impacto humano devastador de esta desigualdad. Mujeres en las zonas más pobres de Gales viven en mala salud 16,9 años más que en áreas acomodadas, mientras que los hombres sufren 13,3 años adicionales en condiciones precarias.
La situación alarmante en la atención primaria de Gales pone en riesgo la salud de miles de personas y exige una revisión urgente de los recursos destinados al sistema sanitario, especialmente para los servicios que atienden a las comunidades más vulnerables.


































