El déficit de la Seguridad Social en Francia no para de crecer y abre un debate candente: ¿deberían los ciudadanos contribuir según sus ingresos?
Pese a que Francia es uno de los países con el menor “resto a cargo” para los usuarios en gastos de salud, el desequilibrio financiero preocupa a las autoridades. La Seguridad Social inyecta miles de millones pero gasta más de los que recibe, obligando a evaluar nuevas fórmulas de financiación.
En este contexto, varios expertos y representantes políticos proponen que los contribuyentes más adinerados aporten más para sostener el sistema. La idea es reducir la presión sobre la clase media y mantener el acceso universal a servicios médicos.
Actualmente, el sistema francés garantiza que los copagos de los pacientes sean bajos en comparación con otros países. Esta política ha protegido a los menos favorecidos pero ahora desafía la viabilidad financiera a largo plazo.
Por ahora no hay una propuesta concreta ni calendario, pero la discusión ya está en la agenda política. El riesgo de recortes o restricciones crece si no se encuentra un equilibrio rápido.
La cuestión de pagar según ingresos divide a la opinión pública. Algunos temen que haya carga excesiva sobre quienes ganan más, mientras otros creen que es imprescindible para proteger el sistema.
Gobierno y sindicatos seguirán negociando en las próximas semanas, mientras el déficit sigue aumentando y la sociedad espera respuestas claras.


































