El rey emérito Juan Carlos I revela en sus memorias que decidió llamar Elena a su primogénita por un amor imposible de juventud: la princesa francesa Elena de Orleans.
Juan Carlos recuerda con nostalgia esa juventud marcada por un profundo cariño hacia la aristócrata, hija del conde de París. Asegura que, aunque nunca hubo romance, su recuerdo dejó una huella imborrable y significó un motivo especial para elegir ese nombre.
Esta revelación añade un giro a la historia detrás del nombre de la infanta, que había generado especulaciones durante años. Sin embargo, la versión de la reina Sofía en la biografía La Reina muy de cerca, por Pilar Urbano, es distinta: Sofía explica que eligió el nombre porque de niña tuvo una muñeca llamada Helen y siempre quiso llamar así a una hija.
Dos relatos que reflejan dos miradas familiares muy distintas sobre un mismo nombre emblemático para la monarquía española.
Una princesa francesa que marcó la vida de Juan Carlos
Hélène de Orleans, nacida en Bruselas en 1934, fue la tercera hija del conde de París y la princesa Isabel de Orleans-Braganza. Se casó en 1957 con el conde belga Evrard de Limburg-Stirum en una boda que reunió a la realeza europea, con un joven Juan Carlos entre los invitados.
La princesa llevó un vestido de Dior y la tiara Action Française, símbolo de su linaje. Su matrimonio fue estable y formó una familia numerosa, permaneciendo casi siempre distante de la vida pública.
A pesar de que nunca hubo relación sentimental entre ambos, Juan Carlos ha dejado claro que esa admiración juvenil quedó grabada para siempre.
Con esta revelación, las memorias del rey aportan nuevos detalles íntimos poco conocidos, y muestran cómo la historia personal detrás de la corona española sigue despertando interés y curiosidad.


































