La Accor Arena de París dejó atrás sus shows habituales este sábado 8 de noviembre y se transformó en una iglesia gigante para acoger a miles de católicos durante el segundo día del Congreso Misión.
Entre misas, mesas redondas y talleres, la jornada combinó música gospel y pop de alabanza con una multitud de fieles que celebraron la fe católica sin complejos. El evento, que tiene raíces en el movimiento carismático, emplea métodos que recuerdan a los evangélicos, como la predicación callejera y el uso de melodías modernas para atraer a un público variado.
Stéphanie Michel, de 47 años, vino desde Ardèche para “nutrirse y ver qué se hace en la misión”. Mientras, Lucile, voluntaria en un grupo de preparación bautismal, afirmó que “hay menos cristianos pero más búsqueda espiritual”.
El congreso contó con la participación de más de un centenar de expositores, desde aplicaciones para bodas cristianas hasta la comunidad de Emmanuel, esta última bajo investigación del Vaticano desde octubre. La polémica rodeó la presencia cancelada de la asociación identitaria Academia Christiana, excluida antes de comenzar el congreso.
Raphaël Cornu-Thenard, uno de los organizadores, aseguró a la AFP que buscan “representar toda la diversidad del mundo católico” y que trabajan en estrecha colaboración con la Conferencia de Obispos de Francia.
El público también ha cambiado en diez años. Noémie Tencheni, que colaboró en las primeras ediciones, señala que antes el evento era “más parisino y juvenil”, mientras que hoy se nota una mayor participación de personas de todas las edades, reflejando que toda la Iglesia está implicada.
Una parte importante del congreso fue la “escuela de predicación”, con un taller llamado “levántate y predica” donde cincuenta participantes practicaron cómo hablar en público sobre la fe y compartir el mensaje cristiano en las calles de París esa misma noche.
“Podríamos pensar que predicar en la calle es cosa de locos o sectas, pero es lo que hizo Jesús” dijo Grégoire Marotte, formador del movimiento Anuncio.
La práctica incluye entregar imágenes religiosas o rosarios y proponer orar juntos incluso a quienes profesan otras creencias o ninguna, algo que según Samuel Pruvot, de la asociación Ain Karem, ahora es más aceptado entre las nuevas generaciones.
Esta movilización masiva viene acompañada también del auge de jóvenes que quieren bautizarse y del modo en que los católicos de hoy “asumen su fe sin miedo y quieren hablar de ella”, como destacaron participantes.
El Congreso Misión volvió a demostrar un catolicismo activo, moderno y plural que busca adaptarse a los tiempos e impactar en la sociedad francesa desde el corazón de París.


































