París, 13 de noviembre — Diez años después de los atentados que dejaron 90 muertos en el Bataclan, una sobreviviente relata con detalle el infierno vivido aquella noche. Marie*, una mujer parisina de 45 años, fue testigo del ataque terrorista desde un pequeño escondite dentro de la mítica sala de conciertos.
La pesadilla comenzó en cuestión de minutos. A las 21:41, Marie tomó una foto de los Eagles of Death Metal en el escenario. Cuatro minutos después comenzó la masacre. “Vi cuerpos caer y escuché los disparos, en principio pensé que eran petardos,” contó en exclusivo.
Ella y su pareja intentaron evitar la multitud. Él se posicionó en la fosa cerca del escenario y ella buscó refugio en las coursivas laterales. Esa decisión les salvó la vida. Cuando el tiroteo arrancó, Marie fue derribada junto a decenas de otros espectadores. “Había tantos cuerpos encima mío que temí ahogarme,” relató.
Logró arrastrarse hasta una puerta que daba a un pequeño cuarto. Cerca de 30 personas se encerraron allí en completo silencio, aterrados y cubiertos de sangre. “Escuchábamos los gritos y sentíamos la violencia desde dentro del teatro,” dijo. En ese espacio había heridos graves. Marie aplicó presión sobre la herida de un hombre para salvar su pierna.
Afuera, la situación era caótica. Un comisario de la brigada anticrimen entró al Bataclan con un solo compañero y disparó contra uno de los terroristas, que detonó su chaleco explosivo. La policía tuvo que retirarse bajo fuego desde los balcones. Mientras, cientos lograron huir por una salida de emergencia.
Marie permaneció atrapada, sentada en agua de canalizaciones rotas, junto a otros sobrevivientes. La tensión subía mientras esperaba el rescate, con el teléfono en mano y órdenes de no moverse. La Brigada de Investigación e Intervención (BRI) llegó a la puerta del lugar donde ella se refugiaba poco después de medianoche. Fueron necesarias herramientas para abrirla.
Finalmente, los policías los sacaron con las manos en alto entre oscuridad y horror. “No podía dejar de ver los cuerpos sin vida de la gente que estaba cerca durante el concierto,” recordó, con la voz quebrada.
La masacre del 13 de noviembre 2015 dejó múltiples atentados simultáneos en París, incluido el Stade de France y varios cafés. En total murieron 132 personas y más de 400 resultaron heridas. Los atacantes, vinculados al grupo yihadista Daesh, fueron abatidos o detenidos semanas después en un operativo en Saint-Denis.
Marie solo pudo contactar a sus padres cuatro horas después, dejando atrás el pánico y el desconcierto. A pesar de no haber sufrido heridas físicas, el daño psicológico fue severo y duró años. Fue tratada durante dos años, y solo pudo regresar a un concierto de los Eagles of Death Metal en París en 2016 para un homenaje a las víctimas.
Este testimonio íntimo es un recordatorio crudo del ataque que marcó la historia de Francia. A una década, la herida sigue abierta, sobre todo tras ataques recientes en Europa como la masacre en Israel en 2023, que revive en ella el recuerdo del Bataclan.
“Nunca borraré lo que pasó, está en mis venas,” dijo Marie, cuya identidad fue protegida.
El juicio por los atentados comenzó en 2021, con 33 acusados y la condena a cadena perpetua para Salah Abdeslam, único sobreviviente activo de los comandos terroristas.
