El cierre del Gobierno en Estados Unidos, ya el más largo en su historia con 39 días consecutivos, está causando estragos en el tráfico aéreo. Este viernes 1,460 vuelos fueron cancelados y otros 6,000 sufrieron retrasos en 40 aeropuertos, entre ellos Atlanta, Newark, San Francisco, Chicago y Nueva York.
La Administración Federal de Aviación (FAA) ordenó desde el viernes una reducción del 4 % en los vuelos diarios en esos aeropuertos para manejar la escasez de controladores, que suman 13,000 operando sin recibir pago. Además, 50,000 inspectores trabajan en la misma situación, lo que ha llevado a un aumento del ausentismo y amenaza con empeorar la capacidad operativa.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, alertó que los recortes en vuelos podrían escalar al 6 % este martes y al 10 % el 14 de noviembre. Incluso no descartó que lleguen al 20 % si no se reestablece la nómina y el personal sigue ausente.
El cierre del Gobierno ocurrió porque republicanos y demócratas no se pusieron de acuerdo para aprobar un presupuesto que mantenga la operación federal. Los demócratas exigen incluir la extensión de subsidios de atención médica en el paquete, mientras que los republicanos exigen negociación separada para esos programas y buscan aprobar solo una “resolución limpia”.
La crisis federal no solo afecta vuelos; también pone en riesgo programas de asistencia social. Por primera vez, el programa de ayuda alimentaria expirará si no se llega a un acuerdo pronto.
Por ahora, la recomendación para pasajeros que viajan a Estados Unidos es revisar el estado de sus vuelos con anticipación y anticipar posibles retrasos o cancelaciones en las próximas semanas.


































