Esta semana se abrió en la Cour criminelle de París el juicio contra un hombre de 27 años, originario de la República Centroafricana y bajo una Orden de Salida del Territorio Francés (OQTF), acusado de violar a Claire Geronimi, vicepresidenta de la UDR, y a otra joven llamada Mathilde.
Los hechos ocurrieron en noviembre de 2023 cuando el acusado siguió a Claire en el hall de su edificio y la amenazó de muerte si no accedía a sus exigencias. El tribunal presentó al agresor como un depredador sexual violento, con 11 condenas previas, un dato que desnuda la falencia en el control migratorio y judicial.
Las víctimas arrancaron con testimonios estremecedores. Claire Geronimi denunció en Europa 1 que el Estado no cumplió con su función de protección:
“El Estado no hizo su trabajo y no supo protegernos”
. Mathilde, de 19 años al momento del ataque, relató cómo su vida cotidiana cambió radicalmente: «No duermo, tengo cuatro pesadillas cada noche, vomito con frecuencia».
Ambas detallaron que las agresiones afectaron también sus relaciones sociales y familiares, especialmente con hombres. Claire, de 28 años, expresó resignación sobre su futuro inmediato: “Pensaba en casarme y tener hijos, pero hoy eso no es posible”.
En la sala, el acusado mantuvo una actitud distante y mirada vacía. La gravedad de la denuncia y el perfil del imputado acrecientan la polémica sobre las fallas en el sistema migratorio francés que permitió que un individuo con órdenes de expulsión siguiera en el país.
El juicio es clave para visibilizar los límites del Estado en la protección de víctimas de delitos sexuales cometidos por extranjeros en situación irregular. Claire quiso dejar claro que esto no solo le pasó a ella:
“Podría haber sido Philippine o Lola”
, otras mujeres afectadas por casos similares.
El tribunal continuará escuchando testimonios y análisis sobre la conducta del acusado, mientras la opinión pública sigue de cerca el proceso por la dura denuncia social y política que implica.
