El Consejo de Estado frenó este miércoles la autorización del gobierno francés para cazar alondras con redes en cuatro departamentos del suroeste del país. La medida suspendida afectaba a Gironda, Landes, Lot-et-Garonne y Pirineos Atlánticos y permitía la captura entre el 1 de octubre y el 20 de noviembre.
La caza mediante redes conocidas como «pantes», una tradición local, había sido avalada a finales de agosto con un decreto ministerial que alegaba razones culturales para justificar esta práctica. Sin embargo, el máximo tribunal administrativo ha rechazado ese argumento al señalar que no se puede vulnerar la directiva europea de aves de 2009, incorporada en el Código del Medio Ambiente francés.
Allain Bougrain-Dubourg, presidente de la Liga para la Protección de las Aves (LPO), calificó la decisión como un “duro revés” y recordó que la preservación de la biodiversidad debe estar por encima de un “pasatiempo mortal” aunque sea tradicional. Junto a One Voice, la LPO denuncia que esta práctica representa una amenaza grave e inmediata para la especie, cuyos efectivos en Francia han caído cerca del 25 % en las últimas dos décadas.
Las asociaciones acusan además al gobierno de empeñarse en reintroducir métodos de caza obsoletos y no conformes con el derecho europeo, lo que genera un enfrentamiento cerrado entre las autoridades y defensores del medio ambiente.
Por su parte, el Ministerio de Transición Ecológica defiende la autorización señalando que solo se capturan pequeñas cantidades de aves migratorias, sin afectar a las que anidan en Francia. Además, asegura que esta técnica reduce el número de aves heridas y facilita su seguimiento. La caza con armas de fuego sigue permitida sin cambios.
Las alondras, que se desplazan en migraciones estacionales, están protegidas bajo la normativa europea, y esta suspensión plantea un nuevo capítulo en la lucha entre tradición local y conservación ambiental en Francia.
