Miguel Ángel Russo volvió a ser internado este miércoles en un sanatorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por chequeos médicos programados tras un cuadro de deshidratación. La noticia encendió las alarmas en Boca Juniors, donde la dirigencia y el cuerpo técnico miran con preocupación la salud del DT.
El entrenador había sido hospitalizado el lunes por la mañana en el Instituto Fleni de La Plata por una fuerte deshidratación, recibió el alta horas después y el martes regresó al predio de Boca en Brandsen 805. Sin embargo, no pudo estar presente en la práctica formal de fútbol de este miércoles y en su lugar dirigió el entrenamiento Claudio Úbeda junto con el preparador físico Juvenal Rodríguez.
Russo ya había tenido internaciones recientes por problemas de salud relacionados con una infección urinaria y las complicaciones que eso le generó. Aquello lo llevó a ausentarse en el encuentro ante Rosario Central por la fecha 8 del Torneo Clausura, y desde entonces su estado se monitorea de cerca.
Según informó en vivo el periodista Tato Aguilera para TyC Sports, el cuerpo técnico acordó evaluar día a día la situación médica de Russo. Lo único claro es que Russo pasará la noche en el sanatorio y su evolución determinará si puede estar al mando del equipo el fin de semana, cuando Boca visite a Defensa y Justicia.
La salud del entrenador preocupa especialmente en Brandsen 805, donde intentan evitar mayores riesgos y preservar al líder del plantel. En caso de que Russo no pueda dirigir, la conducción del equipo quedará nuevamente a cargo de Úbeda.
El club todavía no difundió un comunicado oficial, pero la información confirmó una situación delicada que podría afectar la preparación del equipo para el clásico que se viene.
