Taiwán planea adquirir cazas Rafale de Dassault Aviation para modernizar su fuerza aérea frente a la creciente amenaza china, confirmó el CEO Éric Trappier en una audiencia parlamentaria este miércoles.
Al detallar el interés de la isla, Trappier declaró sin rodeos:
“Ustedes saben muy bien lo que quieren los taiwaneses. Quieren Rafale. Pero eso no depende de mí. No digo que sea bueno vender a Taiwán, esa es responsabilidad del Estado.”
La isla del Pacífico ya opera el Mirage 2000-5, también fabricado por Dassault, que se mantiene operativo pero se vuelve cada vez más difícil de mantener ante la presión militar constante de Pekín. Cambiar al Rafale será un paso lógico en la modernización de su flota.
Otros usuarios de Mirage 2000 como India, Qatar, Egipto, Grecia y Emiratos Árabes Unidos evalúan el salto al Rafale, según Trappier. Pero el caso de Taiwán implica riesgos diplomáticos altos.
China rechaza cualquier cooperación militar con Taiwán y responde de forma hostil a acuerdos armamentísticos. En 2020, la venta de un sistema de defensa antimisiles para las fragatas taiwanesas, por 24 millones de euros, provocó una fuerte condena diplomática de Pekín.
El posible contrato con Taiwán implicaría a Francia en una delicada disputa geopolítica. El gobierno francés tendrá la última palabra sobre esta venta estratégica que podría tensar aún más las relaciones con China.
Por ahora, Dassault sólo reconoce el interés y deja clara la distinción: la decisión final no es comercial, sino política.
Con la tensión en aumento en el Estrecho de Taiwán, la compra de Rafale podría reforzar la capacidad de defensa de la isla y enviar un mensaje contundente a Pekín.
