El presidente Gustavo Petro reconoció públicamente que él da la orden para controlar y coordinar lo que publican las entidades oficiales del Estado en sus redes sociales. El anuncio fue hecho a través de su cuenta en X y desató una rápida ola de reacciones en Colombia.
La revelación surge a raíz de una investigación de La FM que mostró documentos internos donde se ordena impulsar en redes el numeral #PetroLíderMundial poco después del discurso del mandatario ante la Asamblea General de la ONU. En ese evento, varios delegados y sillas estaban vacías, y aunque el discurso no tuvo mayor repercusión espontánea, la Presidencia activó a varias entidades para promover el mensaje.
Entre las cuentas involucradas están la del Servicio Geológico Colombiano y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, instituciones que normalmente suministran información técnica, y que publicaron mensajes para impulsar el hashtag oficial.
“Hoy será el último discurso como presidente de nuestro país… El único hashtag a usar es #PetroLíderMundial”
Petro publicó en X:
“El presidente dirige las comunicaciones de su gobierno” https://t.co/Oh1Jp2Z1pN
En redes sociales, la reacción fue inmediata y mayoritariamente crítica. Varios usuarios cuestionaron el uso de entidades estatales para campañas políticas y expresaron que la promoción sonaba más a propaganda. Otros señalaron que en democracia no debería controlarse tan directamente lo que publican las instituciones del Estado.
Un comentario expresó: “¿No es ilegal utilizar las redes del Servicio Geológico para promover numerales y discursos? A nadie le interesa escucharlo en la ONU, sólo generan memes”. Otro dijo que Petro se “tiró la naturaleza de cada institución” y que “no todo vale en política”.
El manejo coordinado por la Presidencia de las comunicaciones oficiales no es nuevo en gobiernos, especialmente de izquierda, pero la apertura del propio Petro a admitirlo marca un punto de debate sobre los límites entre comunicación institucional y propaganda política.
Esta misma semana, Petro defendió su discurso en la ONU pese a la escasa audiencia presencial, pero queda la discusión sobre la autenticidad y la ética de impulsar identidades y mensajes desde cuentas oficiales.
