Decenas de delegados abandonaron ayer la Asamblea General de la ONU justo cuando Benjamín Netanyahu comenzó su discurso para protestar por el genocidio en Gaza. La sala quedó casi vacía, salvo por algunas delegaciones, entre ellas la de Argentina, que permaneció sentada por orden del presidente Javier Milei.
Este respaldo argentino llega a horas de que Milei se reuniera personalmente con Netanyahu para ratificar su apoyo incondicional. Mientras la delegación española y otros países europeos optaron por no asistir o retirarse al inicio del discurso, Argentina desafió el boicot por la ofensiva que deja cientos de muertos en Gaza.
Netanyahu anunció frente a la ONU que su discurso sería retransmitido en vivo en Gaza y vía móvil para los gazatíes, y dejó claro que “Israel debe terminar su trabajo en Gaza”. Dijo que no reconocerá un Estado palestino porque sería “una locura” y un “suicidio nacional”.
“Mi posición contra un Estado palestino es la política del Estado y de la población del Estado de Israel”
El primer ministro israelí acusó a la Autoridad Palestina de ser “corrupta hasta la médula” y rechazó la pretensión de reconocer Palestina que han apoyado Reino Unido, Canadá y Australia esta semana.
El vacío en la ONU marcó un antes y un después: la mayoría de países mostró rechazo al avance de Israel, salvo Argentina que volvió a alinearse con Tel Aviv justo cuando el conflicto escalaba y la presión internacional aumentaba.
