El Comité Internacional Paralímpico (IPC) anunció en su asamblea general en Seúl la levantación de la suspensión parcial a Rusia y Bielorrusia, vigente desde la invasión rusa a Ucrania.
La medida, aprobada por 91 votos a favor contra 77 en el caso de Rusia y 103 a 63 para Bielorrusia, devuelve a ambos comités nacionales su estatus pleno dentro del IPC y abre la puerta a que los paraatletas de estos países compitan bajo sus propias banderas en los Juegos Paralímpicos de invierno Milan-Cortina, del 6 al 15 de marzo.
Sin embargo, la posibilidad depende de la autorización de las seis federaciones internacionales que regulan los deportes del programa: FIS (esquí alpino, fondo y snowboard paralímpico), IBU (biatlón paralímpico), WPIH (hockey sobre hielo paralímpico) y World Curling (curling en silla de ruedas). Estas organizaciones mantienen por ahora la suspensión de deportistas rusos y bielorrusos de su proceso de clasificación.
El IPC aclaró que trabajará con ambas delegaciones para implementar “disposiciones prácticas” que permitan cumplir la decisión “tan pronto como sea razonablemente posible”.
La suspensión parcial había sido adoptada en otoño de 2023, permitiendo a los deportistas rusos y bielorrusos competir bajo bandera neutral y estrictas condiciones de neutralidad en París 2024. Anteriormente, en marzo de 2022, justo antes de los Juegos de Pekín, el IPC excluyó por completo a ambos comités nacionales tras la invasión a Ucrania.
Esta decisión llega nueve días después del Comité Olímpico Internacional, que también autorizó la participación de rusos y bielorrusos bajo bandera neutral para los Juegos Olímpicos de invierno de Milan-Cortina.
Queda en manos de las federaciones internacionales si permiten la competencia directa bajo bandera nacional. El World Curling, por ejemplo, asigna cuotas a países y ya finalizó su proceso de clasificación, complicando la presencia de atletas rusos y bielorrusos en esta disciplina.
Este movimiento marca un vuelco en la política deportiva paralímpica tras más de dos años de sanciones vinculadas al conflicto en Ucrania, aunque la reacción de la comunidad internacional y de las federaciones será clave para definir el alcance real de esta reapertura.
